Cristo justificaría a “muchos” porque llevaría “el pecado de muchos”. Isaías 53 es, sin duda, la principal profecía del Antiguo Testamento sobre la muerte de Cristo, pero aunque la conozcamos bien, puede que no nos hayamos parado a pensar en el punto de vista desde el que se escribió. En esta parte de su libro, Isaías está hablando en nombre de un remanente futuro del pueblo de Dios. Habla como alguien que forma parte de la futura comunidad del Mesías (Cristo), formada por hombres y mujeres redimidos.
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